Keilma Rojas
Lorena vive en un terrible barrio valenciano, tiene 28 años de edad y 5 hijos preciosos a quienes alimentar. Cuando tenía sólo dos hijos pudo trabajar limpiando casas, pues la patrona le permitía tener a sus dos niños con ella mientras hacía los trabajos del hogar. Actualmente, Lorena no puede ir a limpiar casas con sus 5 hijos, por eso, se dedica a la prostitución mientras su hija mayor se encarga del cuidado de los otros niños.
Este ejemplo nos resulta familiar. No sólo en Venezuela, sino en Latinoamérica y Centroamérica. Este tipo de prostitución es conocida como prostitución forzada por las condiciones socioculturales, existe otra donde se trafica personas para obtener dinero y otra en la que la persona decide prostituirse voluntariamente. En todos los casos, el fin es el mismo: conseguir dinero u otro tipo de retribución.
Los casos de prostitución son condenados por un número significativo de personas, son individuos que jamás permitirían que sus hijos trabajaran como prostitutos (as), antes muertos que tener a una hija como dama de compañía. Estas personas que critican la prostitución sea cual sea el caso, deberían conocer a Lorena, pues se llenan la boca llamándola puta, pero no hacen nada para cambiar su situación.
Nuestra sociedad se sienta a dar golpes de pecho y a llorar por la manera como el mundo se destruirá por las acciones de personas sin moral, pero no hacen más que eso. Se lamentan, se preocupan pero no se ocupan.
En vez de descalificar a quienes se prostituyen, deberíamos conocer las causas de sus acciones, mejorar sus ambientes y tener una participación activa en la solución de los casos donde la prostitución es en contra de la voluntad propia. Nos lanzamos a las calles por defender el aborto, hay grandes movilizaciones para exigir el derecho de los homosexuales y las lesbianas, actualmente una diputada de la Asamblea Nacional de nuestro país propone otorgar un sueldo mínimo a las amas de casa y… ¿Quién hace algo por las prostitutas? ¿Por crear estrategias para que casos como los de Lorena desaparezcan? Parece que nadie, pues cada vez son más jóvenes las mujeres y hombres que venden sus servicios sexuales a cambio de dinero.
Ya nuestros países tienen suficientes habladores de “grama seca” que dicen y dicen, pero no hacen nada. Si realmente queremos solucionar los problemas, debemos hacer, actuar y participar de estas soluciones.
(4o semestre - Taller de Redacción II - 2008-1)
Lorena vive en un terrible barrio valenciano, tiene 28 años de edad y 5 hijos preciosos a quienes alimentar. Cuando tenía sólo dos hijos pudo trabajar limpiando casas, pues la patrona le permitía tener a sus dos niños con ella mientras hacía los trabajos del hogar. Actualmente, Lorena no puede ir a limpiar casas con sus 5 hijos, por eso, se dedica a la prostitución mientras su hija mayor se encarga del cuidado de los otros niños.
Este ejemplo nos resulta familiar. No sólo en Venezuela, sino en Latinoamérica y Centroamérica. Este tipo de prostitución es conocida como prostitución forzada por las condiciones socioculturales, existe otra donde se trafica personas para obtener dinero y otra en la que la persona decide prostituirse voluntariamente. En todos los casos, el fin es el mismo: conseguir dinero u otro tipo de retribución.
Los casos de prostitución son condenados por un número significativo de personas, son individuos que jamás permitirían que sus hijos trabajaran como prostitutos (as), antes muertos que tener a una hija como dama de compañía. Estas personas que critican la prostitución sea cual sea el caso, deberían conocer a Lorena, pues se llenan la boca llamándola puta, pero no hacen nada para cambiar su situación.
Nuestra sociedad se sienta a dar golpes de pecho y a llorar por la manera como el mundo se destruirá por las acciones de personas sin moral, pero no hacen más que eso. Se lamentan, se preocupan pero no se ocupan.
En vez de descalificar a quienes se prostituyen, deberíamos conocer las causas de sus acciones, mejorar sus ambientes y tener una participación activa en la solución de los casos donde la prostitución es en contra de la voluntad propia. Nos lanzamos a las calles por defender el aborto, hay grandes movilizaciones para exigir el derecho de los homosexuales y las lesbianas, actualmente una diputada de la Asamblea Nacional de nuestro país propone otorgar un sueldo mínimo a las amas de casa y… ¿Quién hace algo por las prostitutas? ¿Por crear estrategias para que casos como los de Lorena desaparezcan? Parece que nadie, pues cada vez son más jóvenes las mujeres y hombres que venden sus servicios sexuales a cambio de dinero.
Ya nuestros países tienen suficientes habladores de “grama seca” que dicen y dicen, pero no hacen nada. Si realmente queremos solucionar los problemas, debemos hacer, actuar y participar de estas soluciones.
(4o semestre - Taller de Redacción II - 2008-1)
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