jueves, 19 de junio de 2008

Si no la ganan…

Iván Zambrano

Ella es la culpable del nacimiento de la democracia, prueba de ello es que ante los ojos del Ministro Superior de la Arquitectura Celestial y Terrestre todos tenemos la misma jerarquía. En su carrera militar ha comandado los ejércitos de los débiles y ha desertado encubierta en las promesas de los comunistas y otros disfraces a-“justados”. Homogénea, horizontal, insípida e incoherente, la Igualdad plena es la madre de las cantaletas de quienes si no la ganan, la empatan.

Primero, la dualidad de las cosas es lo que permite el contrastar y constatar la realidad. No hay referencia del bien si no se sabe hacer el mal, no se sabe lo que se tiene hasta que se amputa, no se valora la libertad hasta que en un abrir y cerrar de ojos se sale casado de una Iglesia. Si el negro no resaltase sobre el blanco esto no podría leerse.

Por ello debemos ocupar el lugar que nos corresponde y ubicarnos en que no somos iguales y no debemos luchar por serlo. Porque simplemente no queremos lo mismo, porque gracias a que no somos iguales podemos pensar diferente. Incluso en el punto de la igualdad de oportunidades debe y deberá seguir existiendo desigualdad entre quienes las aprovechan y quienes no.

Ejemplo, Sí todos (absolutamente) ingresan a la universidad ¿Qué profesional con un titulo universitario estaría dispuesto a barrer las calles, atender el kiosco o cuidar a los muchachos?¿Sólo de profesionales vive una nación? Hay trabajo sucio que inevitablemente alguien debe hacer, y quebrarle las patas a la jerarquía social no es la mejor vía para evadir este tipo de responsabilidades.

Ser débil no es malo, siempre y cuando se quiera escalar y dejar atrás a otros débiles que permitan reconocer el cambio. Si los demás te alcanzan, ya no tendrá sentido el ascenso, no serás fuerte si por lo menos no hay un débil que permita afirmarlo. Y es que las diferencias dan la retroalimentación necesaria que orientan al cambio, y el cambio mueve al planeta. Acostados todos somos iguales, pero el mundo no es para quienes quieren quedarse dormidos.

(4o semestre - Taller de Redacción II - 2008-1)

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