Emilia Díaz
Pareciera que constantemente nos movemos en función de extremos. Observar la actitud de algunos grupos estudiantiles y escuchar sus argumentos es una forma de comprender una visión de mundo. El rechazo manifiesto a tendencias políticas diferentes es un arma ampliamente usada. Minimizar al otro, negarlo o simplemente apartarlo es una estrategia que con frecuencia se convierte en acción. Encontrar un punto en común es considerado por algunos como un error. Un extremo que busca destruir a otro es una constante entre rivales. La inconformidad y la crítica se asoman bajo las palabras del rechazo.
Estas generalizaciones, que podrían ser aceptadas por un grupo de lectores, no siempre son válidas. Si bien es imprescindible para algunos sectores definir una posición clara ante un hecho, las estrategias de negación de otras posibilidades no representan una actitud asumida por todos los estudiantes. Pensar en blanco y negro, sin considerar los grises, es una forma aparente de simplificar las situaciones. ¿No sería esta una manera de huir al análisis de los problemas para encontrar una solución individual ajustada sólo a un interés particular? ¿No es esta una actitud de negación a una parte de la vida?
Somos estudiantes y, en este sentido, deberíamos ser reflexivos. La razón nos llama. Necesita ser ésta nuestra verdadera arma, nuestro verdadero impulso. Partiendo de ella podemos comprender entonces que, entre los extremos puede haber semejanzas, y entre ellos, distintas percepciones. Si la izquierda rechaza a la derecha, niega entonces su principio; al igual que si la derecha anula a la izquierda, se aniquila a sí misma, no hay oposición. Derecha e izquierda se necesitan mutuamente para la discusión, para representar diferentes maneras de comprender la política. Sin embargo, no sólo los partidos y agrupaciones estudiantiles deben ser considerados en estos debates. La población estudiantil tiene también grupos dedicados a otras labores, y estudiantes que realizan otro tipo de reflexión. En este sentido, sus ideas no deben ser apartadas. A veces en los grises, en los matices, se puede hallar la verdadera solución que se escapa de la izquierda, de la derecha, de la política y parte de la razón.
(4o semestre - Taller de Redacción II - 2005-1)
Pareciera que constantemente nos movemos en función de extremos. Observar la actitud de algunos grupos estudiantiles y escuchar sus argumentos es una forma de comprender una visión de mundo. El rechazo manifiesto a tendencias políticas diferentes es un arma ampliamente usada. Minimizar al otro, negarlo o simplemente apartarlo es una estrategia que con frecuencia se convierte en acción. Encontrar un punto en común es considerado por algunos como un error. Un extremo que busca destruir a otro es una constante entre rivales. La inconformidad y la crítica se asoman bajo las palabras del rechazo.
Estas generalizaciones, que podrían ser aceptadas por un grupo de lectores, no siempre son válidas. Si bien es imprescindible para algunos sectores definir una posición clara ante un hecho, las estrategias de negación de otras posibilidades no representan una actitud asumida por todos los estudiantes. Pensar en blanco y negro, sin considerar los grises, es una forma aparente de simplificar las situaciones. ¿No sería esta una manera de huir al análisis de los problemas para encontrar una solución individual ajustada sólo a un interés particular? ¿No es esta una actitud de negación a una parte de la vida?
Somos estudiantes y, en este sentido, deberíamos ser reflexivos. La razón nos llama. Necesita ser ésta nuestra verdadera arma, nuestro verdadero impulso. Partiendo de ella podemos comprender entonces que, entre los extremos puede haber semejanzas, y entre ellos, distintas percepciones. Si la izquierda rechaza a la derecha, niega entonces su principio; al igual que si la derecha anula a la izquierda, se aniquila a sí misma, no hay oposición. Derecha e izquierda se necesitan mutuamente para la discusión, para representar diferentes maneras de comprender la política. Sin embargo, no sólo los partidos y agrupaciones estudiantiles deben ser considerados en estos debates. La población estudiantil tiene también grupos dedicados a otras labores, y estudiantes que realizan otro tipo de reflexión. En este sentido, sus ideas no deben ser apartadas. A veces en los grises, en los matices, se puede hallar la verdadera solución que se escapa de la izquierda, de la derecha, de la política y parte de la razón.
(4o semestre - Taller de Redacción II - 2005-1)
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